miércoles, 19 de diciembre de 2012


JUEGO DE NIÑOS

“Juego de niños” es un proyecto expositivo que surgió hace algunos años gracias al feliz y casual hallazgo de un viejo baúl y una muñeca roída por los ratones  en el desván de mi casa de campo.
Lo demás vino solo. Con períodos febriles de creatividad  y con algún que otro altibajo pasajero de desaliento, se fue gestando esta inusual y un poco delirante exhibición.
Baúles, cajas, muebles viejos, muñecos, cables, clavos, púas, tuercas y tornillos. Estos han sido los elementos creativos que han conformado este trabajo, hallados a veces casualmente entre los juguetes de mis sobrinos o en los contenedores de la esquina, y otras, comprados en tiendas de barrio, bazares chinos  y multinacionales suecas.  En ocasiones revolviendo febrilmente  entre materiales de desecho y montones de reciclado,  y  en otras, recogiendo plácidamente los objetos que la propia naturaleza me obsequiaba al pasear. Así se fue, poco a poco, conformando este trabajo, producto de costuras, adherencias y ensamblaje de materiales.
“Juego de niños” no es un tributo al terror psicológico ni a la sangre fácil. Ni tampoco a la tan en boga estética gótica de lágrimas negras e irrisorias calabacitas de Halloween. Este trabajo ha tratado de hurgar en los tópicos de la “natural” crueldad de la infancia y en los aspectos más grotescos y esperpénticos del terror, envolviéndose de una atmósfera oscura y a veces algo decadente, pero también muy pop, kitsch y surreal, con malvadas concesiones a un lenguaje que, en apariencia, puede resultar crudo, ambiguo y un poco cruel, pero con un trasfondo bastante cáustico e irónico.
Utilizando los tan recurridos y casi clásicos motivos de los niños malvados y los muñecos diabólicos, se ha tratado de sugerir un mensaje diferente, exagerando hasta el  paroxismo más barroco estos clichés del terror, con la intención de minimizar en parte su contenido trágico y conformar una parodia sarcástica del  horror.
“Juego de niños” es sobre todo eso: un juego. Un entretenimiento y un deleite  para aquellos que gusten de la estética romántica y oscura.
Una broma macabra, irónica y corrosiva de estos tópicos del terror que ya no asustan a casi nadie.

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